Liderazgo y personalidad
Hay una historia de una rana que se encontraba nadando feliz en el río, cuando de pronto escuchó una voz que le llamaba. Fue nadando hacia ésta y la rana vio a un escorpión a la orilla del río. El escorpión le dijo:
"Necesito cruzar al otro lado del río, por favor rana ayúdame a llegar". La rana escéptica le contestó: "Conozco a los de tu tipo, los escorpiones pican y matan con su veneno, ¿cómo voy a saber que no tratarás de matarme si te ayudo?". El escorpión le respondió: "¿Por qué haría eso? Si te mato, yo también muero ¡No sé nadar!". Esto le hizo sentido a la rana, por lo que accedió a llevar al escorpión al otro lado del río. El escorpión se subió a la rana y ambos comenzaron el viaje en el río. Pero a la mitad del camino, la rana repentinamente sintió un piquete en su espalda, de reojo vio como el escorpión retiraba su aguijón venenoso de ella. La asustada rana gritó "¡¿qué has hecho, eres un tonto?! ¡ahora ambos moriremos!, ¡¿Por qué lo hiciste?!", a lo que el escorpión le respondió: "No lo pude evitar, no puedo dejar de ser quien soy"[1].
La personalidad es un conjunto de características o patrones que definen a una persona, es decir, los pensamientos, sentimientos, actitudes y hábitos, la conducta de cada individuo que, de manera muy particular, nos distingue de los demás.
Existe una estrecha relación entre la personalidad del líder, su estilo de liderazgo y la cultura. Hablando específicamente de la personalidad, suele ser frecuente que en el mundo organizacional se parta del supuesto de que los líderes son seres racionales. Este mito es rodeado por conceptos sobre el comportamiento organizacional que quieren explicar, basándose en que la conducta es lo que vemos y conocemos; la parte consciente, mecánica, predecible.
Realmente ¿Los líderes son seres humanos lógicos y racionales?, ¿Es su gestión realmente una tarea racional, realizada por personas racionales de acuerdo a los objetivos organizacionales? Dada la cantidad de acciones destructivas tomadas por algunos líderes en la política y en las empresas, ni siquiera deberíamos tener que hacernos esta pregunta.
Incluso un buen líder, no en términos morales sino en cuanto al desempeño de su gestión, no es solamente una persona altamente enfocada, consciente, es también una persona con contradicciones, deseos, fantasías, conflictos, ansiedades, algunas conscientes y otras inconscientes.
Y aunque escuchar esto pueda incomodar a algunos líderes (porque es preferible pensar que están en completo control de ellos mismos), hay patrones y experiencias infantiles que a todos nos acompañan hasta la vida adulta y estos pueden ser puntos ciegos e incidir de forma negativa en la toma de decisiones en su gestión como líderes.
Los líderes son propensos a un comportamiento altamente irracional, por lo que tener un mayor autoconocimiento de sus necesidades psicológicas, tanto conscientes e inconscientes, será siempre una de las mejores herramientas con las que pueden contar y utilizar en su gestión, de tal forma que su personalidad no los lleve a autosabotearse como en la historia de la rana y el escorpión.
[1] Consultado el 2 de octubre en https://bit.ly/34y4LrJ
Mtra. Geraldine Calvo Zuckerman, Psicoanalista, miembro titular de la Sociedad Psicoanalítica de México, Coordinadora del Diplomado en Liderazgo organizacional de la IBERO.